En septiembre nos fuimos a Salamanca a hacer la preciosa boda de Pablo y Noelia, romanticismo fue la palabra que más sonó durante todo el día. Romanticismo al entrar en la Catedral Antigüa, romanticismo al entrar en el huerto de Calixto y Melibea para las fotos de recién casados, romanticismo al llegar al Casino de Salamanca, donde celebraron su cena, en fin romanticismo por todos los rincones del día de Pablo y Noelia.
Al igual que todos los novios de esta temporada que me lo han solicitado, a Pablo y Noelia le tenía que escribir un pequeño relato de Amor y os aseguro que ha sido un verdadero gusto escribirlo para vosotros. Espero que os guste y recordar que está hecho desde el cariño más absoluto.
Todo comenzó así…….
Ni el tiempo ni la distancia podrían hacer que ellos no se enamorasen, ni el tiempo ni la distancia podrían hacer que sus vidas no fuesen una sola, ni el tiempo ni la distancia podrían hacer que ellos fuesen uno solo….
La verdad es que cuando comienzo uno de estos pequeños cuentos, en cada uno de los post que los novios me solicitan, no sé como lo voy a escribir pero en algunas ocasiones es muy fácil dejar que la imaginación vuele por encima del amor de las parejas con las que tenemos el gusto de estar… Nunca olvidéis que todos estos pequeños relatos son fruto de la imaginación y que todo parecido con la realidad es una coincidencia….. ¿o no?…..
Nuestra historia comienza en un árido desierto del norte de África, Él era un explorador de nuestros días que había decidido dejarlo absolutamente todo y empezar a buscar la luz de esos lugares, empezar a buscar en el árido desierto el sentido de sus días, el sentido de su vida…
Pero , para llegar aquí, nos tenemos que ir unos cuantos años atrás donde, un instante, había cambiado el sentido de su vida. Un día cualquiera, de un mes que no importa, él había ido, como cada mañana a buscar a su querida hermana al trabajo, pero ese día alguien nuevo había entrado a darle luz a aquella oficina, alguien había venido de otros lugares a buscarle. Él aún no lo sabía, ni incluso ella, pero sus miradas al cruzarse habían hecho que el aleteo de una pequeña mariposa hiciera que el rumbo de sus vidas cambiara para siempre….
El sentido de su vida, se había convertido en buscar aquel Oasis del que los más ancianos del lugar le habían hablado….
…. “En medio de la duna más alta, en medio del calor más asfixiante, allí donde nadie había llegado, te encontrarás el Oasis más increíble jamás visto”…
Él se había propuesto encontrarlo, no sabía porqué razón, pero sabía que su misión en la vida era cabalgar con su todoterreno por las asfixiantes dunas y buscar y buscar hasta hallarlo. Una ve más había preparado todo para salir a la madrugada y esa noche, se encontraba mirando al cielo en su Jaima, mirando a las estrellas y soñando con su meta. Aquella mañana había nacido con un naranja especial y el amanecer en el desierto era una de las experiencias más sobrecogedoras a las que nadie se había enfrentado, aquél amanecer le había hecho recordar todo lo que había dejado atrás, le había hecho añorar lo que tenía, pero en su cabeza sólo retumbaba la misma voz desde hacía un tiempo, “continúa, ya estamos cerca…”
Después de recorrer cientos de kilómetros por el árido desierto, después de haber dejado dunas a sus pies, después de haber soportado calores que ningún humano los soportaría e incluso, de dejar su vehículo atrás sin combustible, se encontraba andando por el desierto buscando la forma de poder sobrevivir en aquella situación.
… “¡Ya no puedo más, ya es el momento de dejar de luchar, lo siento pero ya no puedo más!…, se decía una y otra vez mientras el siguiente paso pesaba mucho más que el anterior. Hasta que su cuerpo no pudo aguantar y cayó rendido sobre la arena aún caliente de todo el día. Ya estaba anocheciendo, y él no sabía donde estaba, sin agua, sin mantas, sin comida…. Sin nada, estaba convencido de que su momento había llegado y que no vería nunca más esos naranjas del amanecer más bello……
No supo cuanto tiempo había pasado tumbado en la ya fría arena, pero notó que una pequeña mariposa se posaba en su mejilla y que casi, casi con una caricia le estaba diciendo que la siguiese: “…haz el último esfuerzo, casi hemos llegado…..”, le pareció escuchar dentro de su cabeza, y así lo hizo. Se levantó y nada más poner sus ojos en el horizonte pudo ver que en la oscura noche se distinguía una luz especialmente blanca a pocos pasos de él. Estaba allí, el Oasis del que tantas leyendas había odio, estaba allí. Lleno de palmeras que surcaban el cielo, lleno de manantiales de cristalina agua, lleno de árboles frutales pero, sobre todo, vió que aquella delicada mariposa se acercaba a una pequeña Jaima situada en el centro del Oasis. Al entrar en ella, pudo contemplar lo que siempre había imaginado, “ella estaba allí”. Por fín la había encontrado y sólo tuvo que mirarla a los ojos para darse cuenta de que era ella, aquella nueva compañera que había visto años atrás, aquella preciosa mirada que habían entrelazado la podía ver nuevamente en los ojos de su amada. Él sabía que por fin había llegado a su destino final y fue entonces cuando ella se acercó y susurrándole le dijo:…” Es contigo con quién quiero ver todos los amaneceres de mi vida, es contigo con quién quiero compartir las noches estrelladas de este desierto, es contigo con quién quiero compartir mi Oasis, te he estado esperando y por fin has llegado a mí, sólo tenías que seguir el aleteo de la mariposa, sólo me tenías que seguir a mí”….
Al final de cada pequeña historia siempre me gusta dejar un pensamiento en voz alta y esta vez es , que aunque nuestras vidas parezcan siempre iguales, aunque la rutina parezca que se apodera de nosotros, día a día, aunque entre nuestro trabajo, nuestro ajetreo y nuestras prisas parezca que todo lo pueden, pensar que siempre podemos hacer que una pequeña mariposa aletee sus alas a nuestro alrededor y así cambiar el rumbo de nuestro destino. Todos tenemos la posibilidad de cambiar todo aquello que no queremos en nuestras vidas y sólo tenemos que buscar nuestra mariposa más cercana, a lo mejor sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor y darle un beso a esa persona que tenemos a nuestro lado, a lo mejor esa es nuestra pequeña mariposa, No lo sé pero sólo pararos un momento para ver que es lo que queréis cambiar y hacerlo…. Está en vosotros…
Por lo que ha Pablo y Noelia les toca, sólo puedo decir una cosa, ellos han hecho todo lo que está en sus manos para que su amor siga adelante, y sólo por ello, se merecen toda mi admiración. Sólo hace falta estar un poquito con ellos para darse cuenta de que es amor lo que se tienen, amor del bueno, del de antes, del de para toda la vida…. Amor verdadero. Muchas felicidades chicos por ese día tan especial que nos hicisteis pasar y por dejarnos “vivir las fotos de vuestra boda” con vosotros. Siempre os tendremos en nuestros corazones, tanto Eva como Yo, ya habéis pasado a formar parte de nuestras vidas.
Un abrazo muy fuerte para los dos de Eva y mio.
Manuel Castaño
Chicos, vaya regalo de Papá Noel que nos habéis hecho!!!!!! El mejor sin duda!!!! Y un día perfecto para poder ver las fotos, volverlas a ver, y otra vez más… y enseñarlas a familiares y amigos!!!!!
Son preciosas, y eso que son sólo unas pocas…. ya estamos deseando poder ver todas….pero todas todas eh??? que no se quede ninguna en el “pen drive-tintero”, jejejejjee…..
Ya teníamos ganas de poder revivir nuestra boda…. y sin duda esta era la forma de poder hacerlo!!!!
Mil gracias por el relato… jejjeje…. parecido o no… eso sólo lo sabemos los cuatro
Feliz Navidad otra vez, y un besazo enorme de los dos.
Noelia y Pablo